Resolución de conflictos

La forma más fácil de resolver el conflicto es que una de las partes en conflicto pueda abandonar la zona de conflicto sin perder la cara. Esto puede ser posible, por ejemplo, mediante un traslado. Si ninguna de las partes en conflicto puede abandonar el campo de conflicto, es posible que una autoridad superior resuelva el conflicto emitiendo instrucciones y anunciando sanciones si no se siguen las instrucciones. En este caso, hay que procurar evitar a toda costa la pérdida de motivación y el sabotaje. Hay que preservar la dignidad y la autoestima de todas las partes. Para ello es fundamental un apoyo comunicativo del proceso de resolución de conflictos.

Si no hay una autoridad superior, debe producirse una discusión constructiva del conflicto. Se trata de un discurso en un nivel superior al que se encuentra el conflicto de hecho.

En un primer paso, todas las partes del conflicto deben manifestar su voluntad de encontrar una solución. Si no se da esta voluntad, el conflicto no se resolverá. En estos casos, hay que persuadir a una de las partes del conflicto para que abandone la zona de conflicto.

Si todas las partes del conflicto han manifestado su voluntad de resolverlo, un segundo paso es que las partes del conflicto nombren las dificultades que vean y hagan visibles las necesidades y objetivos subyacentes.

Un paso más hacia la resolución del conflicto es el análisis de sus causas. A partir del análisis del conflicto, a menudo ya se pueden obtener enfoques para las soluciones. El análisis tiene más éxito cuando el conflicto se reconoce pronto y aún no se ha agravado. En una fase temprana del conflicto, las emociones pueden controlarse mejor que en una fase posterior. Es importante garantizar que los conflictos se traten con objetividad y que el intercambio no se convierta en algo personal.

Ahora se pueden elaborar los criterios que caracterizan una resolución exitosa del conflicto en todas las partes. Sobre la base de estos criterios apoyados conjuntamente, se pueden desarrollar propuestas de soluciones que cumplan estos criterios. Es importante tener la disciplina de no criticar inmediatamente las soluciones propuestas, sino de elaborar juntos vías alternativas. Sólo entonces debería cuestionarse la viabilidad de estas vías y la aceptación de las partes en conflicto para estas vías.

La disposición a aceptar concesiones muestra si la voluntad señalada de encontrar una solución común se ha manifestado. La solución será el resultado de un proceso de negociación. Las «reglas del juego» compartidas son esenciales en todo el proceso de resolución de conflictos. El respeto mutuo, una visión positiva de las personas y una interacción constructiva son condiciones previas necesarias para la resolución de conflictos.

Si todas las partes del conflicto aceptan un enfoque de solución, la aplicación de este enfoque debe acordarse por escrito. Una revisión de si la aplicación se ha llevado a cabo según lo acordado y de lo bien que funciona la solución concluye la resolución del conflicto en el mejor de los casos.

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