Para conseguir un trabajo ágil, su equipo directivo debe desarrollar una actitud sistémica que promueva el trabajo ágil. Un estilo de dirección participativo y una cultura de confianza y reconocimiento son requisitos necesarios para introducir el trabajo ágil. La cultura de la confianza y el aprecio no sólo tiene un efecto positivo en la capacidad de afrontar los conflictos con confianza, sino que también influye y debe influir en el proceso de toma de decisiones en la empresa. El control y la gestión de riesgos también tienen requisitos completamente diferentes para el trabajo ágil que para el trabajo convencional. Por último, la estructura organizativa también debe ser adecuada para el trabajo ágil.
Sus empleados necesitan creatividad y valor para actuar. Su organización, sus estructuras y sus contratos deben estar diseñados para ser muy flexibles para poder adaptarse rápidamente a las nuevas condiciones. También necesita sistemas de reglas que funcionen en su organización y que puedan compensar las interrupciones.
Como puede ver, el trabajo ágil es todo menos una palabra de moda. Toda la forma de trabajar en la empresa debe adaptarse al trabajo ágil para que funcione.