Los procesos y las etapas del proceso son la estructura de la línea a lo largo de la cual se transportan y transforman la información y los resultados del trabajo, pero también los materiales, las materias primas y los productos semiacabados.
Siempre vale la pena examinar el potencial de optimización de los procesos existentes. Para ello, es importante tener en cuenta cómo surgieron los procesos que se ejecutan actualmente. Por regla general, los procesos actualmente implantados en la empresa se han desarrollado «orgánicamente» debido a circunstancias técnicas y como adaptación a situaciones o circunstancias que eran importantes y dignas de atención en el momento de su creación.
Si esto también ocurre en su empresa, el ajuste de los procesos no es suficiente. Probablemente merezca la pena abordar un rediseño completo de sus procesos y sus subpasos.
Lo decisivo es que el resultado final sea lo que sus clientes esperan, e incluso, a ser posible, un poco más. Para lograrlo, es esencial una sólida cultura de retroalimentación a lo largo de todo el proceso. Cuanto más específica sea la comunicación, más posibilidades tendrá su organización de compensar las anomalías en el camino de la prestación de servicios.