Si su empresa ha caído en una crisis económica, debe intervenir con determinación y con un enfoque holístico de gestión del cambio. Como se explica en la sección introductoria del capítulo 7, ya no basta con inyectar liquidez en la empresa para darle la vuelta. Hay que identificar las causas más profundas de la crisis y eliminarlas con seguridad. Las soluciones falsas no conducen a un cambio sostenible.
Por regla general, la iniciativa de un proyecto de gestión del cambio proviene de los inversores. Pueden ser bancos comerciales, pero también pueden ser accionistas. En la mayoría de los casos, el capital es necesario para la gestión del cambio. Cualquiera que aporte capital adicional a una empresa en una situación económicamente crítica quiere, comprensiblemente, estar seguro de que la empresa puede reestructurarse con este capital con un alto grado de probabilidad. Esto puede demostrarse a los inversores mediante un informe de reestructuración con un pronóstico positivo para la continuidad de la empresa.
El primer paso de toda reestructuración es la elaboración de un plan de reestructuración coherente. Sin embargo, un plan sólo puede ser eficaz si se aplica. Para ello es necesario contar con experiencia en la aplicación. A menudo, las reorganizaciones no pueden evitar la reducción de persona que, sin embargo, debe aplicarse con cuidado y responsabilidad social.