No todo el mundo tiene que ser o convertirse en un líder. Ni siquiera usted. Aunque le nombren líder, esto no significa necesariamente que lo sea o que quiera serlo. Tal vez se sienta mucho más cómodo como profesional. La gente es diferente, y eso es bueno.
Intente cuestionarse lo que puede hacer, lo que quiere y cómo se actúa. ¿Qué le interesa? ¿Qué es lo que realmente le gusta y le satisface? ¿Tiene usted cualidades de liderazgo? ¿Cumple lo que se espera de usted? ¿Cómo se muestra usted como líder? Sólo los líderes que se conocen bien a sí mismos pueden dirigir con eficacia.
En particular, es importante darse cuenta de que cada uno sólo percibe una parte del mundo y además sólo desde su propia perspectiva. Sólo la combinación de diferentes secciones y perspectivas puede conducir a una imagen de nuestro mundo que se acerque a la realidad. Por eso es tan importante un discurso abierto sobre las percepciones. La disposición a participar en ese intercambio requiere una calma interior, a la que puede conducir la práctica ZEN.