Definición del problema:
En los últimos años desde el 2020, la capacidad de resistencia de las empresas se ha visto puesta a prueba por diversos retos, algunos de los cuales incluso se han solapado en cuanto a calendario y causalidad: Los paros y cierres de producción relacionados con la Corona, los cuellos de botella en la cadena de suministro mundial, los saltos de precios e inflación asociados, los problemas de suministro energético inducidos geopolíticamente, las subidas de los tipos de interés, seguidas de caídas de la demanda, los problemas de beneficios y liquidez y las importantes demandas salariales relacionadas con la inflación han ejercido una enorme presión sobre la economía.
Perspectivas:
No crea que todo ha terminado. Los riesgos geopolíticos para la economía estarán a la orden del día en los próximos años. La interconexión informática, política y económica del mundo, en una interacción dinámica y compleja con exigencias de eficacia cada vez mayores que no dejan margen para amortiguadores, es un cóctel capaz de provocar cualquier tipo de sorpresa. El supuesto estado de emergencia se está convirtiendo en la norma. Los riesgos crecientes ya se reflejan en las prácticas de préstamo más restrictivas de los bancos comerciales exigidas por los políticos. Los gobiernos quieren evitar tener que rescatar de nuevo a los bancos en caso de crisis. Esto ya está dificultando notablemente la obtención de financiación por parte de las empresas.
Al mismo tiempo, seguimos destruyendo nuestros medios de vida. Las demandas comprensibles de cumplimiento de las normas ESG y los avances en inteligencia artificial plantean nuevos retos. Sin embargo, muchos países carecen del rigor político que garantizaría a las empresas un marco fiable para inversiones. Los gobiernos contribuyen así a la incertidumbre y vulnerabilidad de los sistemas económicos, socavando con ello la resistencia de los propios sistemas estatales. Es un crisis sistemico.
Enfoque de la solución:
Implemente un discurso estratégico holístico en su empresa en el que implique a todas las funciones operativas. Cultive la vigilancia organizativa y la atención plena en su empresa. Mantenga en constante debate diversos escenarios y mantenga la flexibilidad estratégica y operativa de su empresa para poder adaptarse rápidamente a las condiciones cambiantes. Garantice los despidos y las reservas de liquidez, aunque ello le cueste ingresos. Integre su empresa en su entorno manteniendo relaciones de cooperación buenas y justas con sus proveedores, socios de servicios y clientes. Aproveche las oportunidades. En definitiva, estas recomendaciones mejorarán la viabilidad de su empresa.